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Soy economista y he trabajado en muchos sectores, pero provengo de una familia de agricultores, por lo que siempre he estado vinculado a la agricultura. También trabajé en la administración pública, lo que me permitió observar desde una perspectiva diferente cómo el sector público afecta al mundo empresarial. En 2018, me incorporé a tiempo completo a Greenfield Technologies. La empresa fue fundada por mi hermano y otro agricultor en 2014 y desde el principio me pareció un proyecto apasionante. En aquel momento, el equipo estaba formado por solo dos personas.
Greenfield Technologies nació de una necesidad, una necesidad real sentida por agricultores reales. En mi opinión, el primer hito fue justamente la identificación de esta necesidad por parte de los fundadores. Estaban seguros de que la tecnología podía ayudar a los agricultores, empezaron a buscar empresas que ofrecieran servicios y herramientas tecnológicas para la agricultura, pero no encontraron ninguna. El segundo paso importante fue la contratación de las dos primeras personas, dos investigadores, para que diseñaran los servicios. Y otro hito llegó en 2018, con la decisión de entrar en el mercado.
Sí, así es. Al principio nos dirigimos a los agricultores, sobre todo a los que trabajaban con cultivos especializados como almendras, aceitunas, tomates, árboles frutales y alfalfa, porque España es el mayor productor mundial de cultivos especializados. Sin embargo, pronto nos dimos cuenta de que los agricultores a los que nos dirigíamos distribuían sus productos a empresas alimentarias y que toda la información que teníamos sobre lo que ocurría en las explotaciones también podía ser muy útil para las industrias a la hora de organizar la cadena de suministro. Así que empezamos a pasar de los agricultores a la industria, y creo que ese fue otro hito.
Porque al trabajar con muchas empresas alimentarias pudimos ampliar nuestras actividades fuera de la Península Ibérica y empezamos a trabajar en Egipto, California y Chile, por ejemplo, y nuestra expansión se hizo más constante. Nos dimos cuenta de que nuestro potencial era enorme, porque en California y Marruecos los agricultores tenían los mismos problemas que en España y Portugal.
Siempre fuimos muy receptivos a la hora de buscar alianzas que nos ayudaran a expandir nuestras actividades. Sabíamos que sólo podríamos crecer colaborando con otras empresas, así que iniciamos un diálogo con xFarm Technologies y nos dimos cuenta de que teníamos muchas cosas en común. Nuestra visión del sector y del futuro, por ejemplo, pero también la forma en que gestionamos el trabajo internamente. Nuestra alianza surgió de forma muy natural.
El primero es nuestro servicio de caracterización de suelos, BIOMap2Soil. Se trata de un servicio único, muy difícil de ofrecer, pero en el que hemos adquirido una gran experiencia y cuota de mercado. La caracterización de suelo significa saber lo que hay en el suelo de una explotación en términos de textura, capacidad de retención de agua, nutrientes y patógenos. Conocer el suelo es lo primero que intenta hacer un agricultor, normalmente tomando algunas muestras y enviándolas a un laboratorio. Pero los resultados sólo proporcionan información sobre la parte del suelo de la que se toman las muestras. Entonces, si una explotación tiene 30 hectáreas, ¿qué pasa con el resto de la superficie, aquella de la que no se toman muestras? ¿Hasta qué punto son representativas las muestras? Pues bien, nuestro servicio de caracterización de suelo proporciona información sobre el suelo en toda la explotación. Esto permite a los agricultores conocer el contenido de nitrógeno, por ejemplo, en cada metro cuadrado de su explotación, y no sólo en los puntos en los que toman muestras. Nuestra caracterización de suelo nos permite examinar parámetros físicos o químicos, como la textura y los nutrientes, pero también las propiedades biológicas, lo cual es sumamente importante porque la actividad biológica del suelo afecta a los cultivos.
De lo que llamamos monitorización de cultivos, que permite saber qué está pasando en un cultivo. Con este conjunto de servicios podemos ofrecer recomendaciones; por ejemplo, consejos de riego o avisos para que los agricultores sepan cuándo tienen o están a punto de tener un problema. Para cada parte de una explotación determinamos si el comportamiento del cultivo se ajusta a una serie de normas predefinidas. Esto significa que podemos detectar desviaciones o anomalías y alertar a los agricultores para que actúen en consecuencia. Por ejemplo, con un tratamiento o abono específico, gestionando una zona de forma diferente o lo que sea. La monitorización de los cultivos también permite desarrollar modelos predictivos del rendimiento en términos de cantidad y calidad.
Claro que sí. Tomemos el olivo. Utilizamos un modelo predictivo que hemos desarrollado en los últimos años, que calcula cuál será el rendimiento -en toneladas por hectárea- en cada parte de una explotación. Esto significa que un resultado concreto puede vincularse a la gestión concreta de una zona específica de la explotación. Este modelo predictivo también permite conocer la calidad y madurez de la producción en cada parte de una explotación. En el caso de los olivos, por ejemplo, permite a los agricultores cosechar en el momento adecuado, es decir, cuando el contenido de aceite es más alto y antes de que empiecen a perderse las propiedades organolépticas.
Usamos información por satélite y muestras de suelo; indicamos a los agricultores dónde deben tomar las muestras, intentando minimizar su cantidad -y por tanto su coste- y asegurándonos de que sean lo más representativas posible. Por último, el elemento más importante es sin duda nuestra experiencia en la creación de modelos predictivos a partir de las muestras y las imágenes por satélite.
El objetivo principal es ofrecer a nuestros usuarios una solución integrada, de modo que dispongan de toda la información que necesitan para dirigir su negocio en una sola herramienta. El reto es demostrar a nuestros clientes que podemos mejorar lo que hemos estado haciendo hasta ahora de forma individual y que saldrán beneficiados en términos de usabilidad y funcionalidad.
Todo en la agricultura empieza y acaba en el suelo. Por eso tenemos la obligación de gestionarlo de manera sostenible, no sólo desde el punto de vista medioambiental, sino también económico. Es esencial gestionar el suelo de forma que sea más productivo a lo largo del tiempo y, mediante la caracterización del suelo, podemos evaluar cómo afectan al suelo las prácticas que emplean los agricultores.
Almendro, olivo, alfalfa, frutales de hueso, aguacate y tomate. Actualmente nos ocupamos de más de 11.000 hectáreas de cultivo de tomate, lo que supone más de la mitad de la superficie cultivada de tomate en España y Portugal.
Estamos muy orgullosos de ser un actor importante en el sector del tomate y de colaborar con grandes productores, no sólo en la Península Ibérica, sino también a escala mundial. Me siento muy orgulloso de poder decir que actualmente trabajamos en Marruecos, Egipto, Chile y California, y estamos encantados de ofrecer nuestros servicios en California, que es el corazón de la tecnología para la agricultura. Esta alianza con xFarm Technologies nos ayudará a reforzar nuestra presencia allí.
Veo un futuro brillante para el que ahora es el primer actor de Europa en nuestro sector. Si somos primeros en un mercado difícil como el europeo, estoy seguro de que también lo seremos a escala mundial.
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