El término biodiversidad hace referencia a la variedad de la vida en todas sus formas, incluidas las diferentes especies de plantas, animales y microorganismos, así como a las diferencias genéticas dentro de estas especies y los ecosistemas que conforman.
En los ecosistemas agrícolas, la biodiversidad es crucial para el mantenimiento del equilibrio y la salud del medio ambiente. Una alta biodiversidad en la agricultura significa una variedad de cultivos, ganado y depredadores naturales que contribuyen a un sistema agrícola más resiliente y productivo.
La biodiversidad sustenta servicios ecosistémicos esenciales para la productividad agrícola. Por ejemplo, las distintas especies de plantas atraen a polinizadores, como las abejas y las mariposas, que son esenciales para la polinización de muchos cultivos. Además, la presencia de ciertos depredadores naturales ayuda a controlar las poblaciones de plagas, lo que reduce la necesidad de pesticidas químicos. Los diversos organismos del suelo mejoran su fertilidad al descomponer la materia orgánica y completar el ciclo de los nutrientes, favoreciendo así el crecimiento de los cultivos.
Los sistemas agrícolas biodiversos también son más resistentes a los factores de estrés ambiental, como los fenómenos meteorológicos extremos y las enfermedades. Por ejemplo, si se siembran distintas especies en lugar de hacer un monocultivo, las plantas serán capaces de resistir diversas condiciones climáticas y enfermedades vegetales, lo que garantiza la supervivencia de algunas de ellas aunque otras mueran. Esta diversidad ayuda a los agricultores a adaptarse al cambio climático y reduce el riesgo de pérdida total de la cosecha.
En general, las explotaciones conuna elevada biodiversidad suelen experimentar un aumento de la productividad y la sostenibilidad. Los sistemas de cultivo diversos pueden mejorar la salud del suelo y reducir la necesidad de insumos sintéticos como fertilizantes y pesticidas, lo que se traduce en prácticas agrícolas más sostenibles. Por ejemplo, los cultivos intercalados, en los que se siembran varios cultivos a la vez, pueden generar mayores rendimientos que los sistemas de monocultivo porque los distintos cultivos pueden complementarse en el uso de nutrientes y la resistencia a las plagas.
La Global Reporting Initiative (GRI) es una organización internacional independiente que proporciona un marco estandarizado para la elaboración de informes de sostenibilidad, ayudando a las empresas y organizaciones a comunicar su desempeño ambiental, social y de gobernanza (ASG sus siglas en español, ESG en inglés). A través de un amplio conjunto de pautas, la GRI pretende aumentar la transparencia y la rendición de cuentas, permitiendo a las partes interesadas tomar decisiones informadas, basadas en datos fiables y comparables. Para el sector agrícola, los estándares GRI son especialmente relevantes, ya que tratan cuestiones fundamentales como el uso de los recursos, el impacto ambiental y la conservación de la biodiversidad.
Los estándares GRI se dividen en tres categorías: universales, sectoriales y temáticos. Los estándares universales se aplican a todas las organizaciones que elaboran un informe de sostenibilidad. Los estándares sectoriales permiten informar de forma coherente sobre los impactos específicos de un sector, mientras que los estándares temáticos enumeran las informaciones relevantes para un tema concreto.
Los Estándares Universales del GRI son esenciales para todas las organizaciones que elaboran informes de sostenibilidad. Estos estándares proporcionan las pautas generales necesarias para informar sobre el desempeño medioambiental, social y económico. Los Estándares Universales GRI se dividen en tres documentos principales:
Este estándar proporciona las bases para comprender y utilizar los estándares GRI. Abarca los principios y requisitos clave para que una organización elabore un informe de sostenibilidad. También incluye instrucciones sobre cómo utilizar los estándares GRI junto con otros estándares temáticos y sectoriales.
Este estándar requiere que las organizaciones proporcionen información general sobre sí mismas, como su contexto organizativo, gobierno, estrategia, ética, integridad, participación de los grupos de interés y prácticas de elaboración de memorias. Estos datos proporcionan una visión global y contextualizada de la organización.
Este estándar ayuda a las organizaciones a determinar, comunicar y gestionar sus temas materiales, es decir, aquellos que reflejan los impactos relevantes de la organización en la economía, las personas y el medio ambiente. El GRI 3 es crucial para determinar qué temas deben incluirse en los informes de sostenibilidad, y para a las organizaciones a centrar sus recursos y sus informes en los temas más relevantes.
Estos estándares universales son el punto de partida para cualquier organización que desee utilizar la GRI para la elaboración de informes de sostenibilidad. Posteriormente, pueden complementarse con estándares sectoriales y temáticos para abordar cuestiones específicas y sectoriales.
Los GRI sectoriales son estándares específicos que sirven de guía a las organizaciones a la hora de informar sobre los impactos significativos para el sector en el que actúan. Estos estándares se han desarrollado para abordar las características y retos específicos de los diferentes sectores económicos, permitiendo una elaboración de informes más centrada y comparable entre organizaciones del mismo sector.
En 2024, los GRI sectoriales abarcan una serie de sectores clave, cada uno de ellos con pautas específicas para ayudar a las organizaciones a identificar y gestionar sus impactos materiales.
GRI 13: Agricultura, acuicultura y pesca
El GRI 13 es uno de los estándares sectoriales de la Global Reporting Initiative, diseñado específicamente para abordar cuestiones de sostenibilidad en los sectores de la agricultura, la acuicultura y la pesca.
Se centra en áreas clave especialmente relevantes para el sector agrícola:
Los Estándares Temáticos GRI proporcionan pautas específicas para informar sobre temas concretos de sostenibilidad, que pueden ser relevantes para las organizaciones, independientemente de su sector de actividad. Estos estándares se centran en temas específicos, como los derechos humanos, las emisiones y la gestión de residuos, y pueden aplicarse a cualquier organización que tenga impactos significativos en estas áreas.
Para el sector agrícola, son especialmente relevantes algunos estándares temáticos:
Estos estándares temáticos ayudan a las empresas agrícolas a medir e informar de forma específica y detallada sobre el impacto medioambiental, social y económico de sus actividades, contribuyendo así a una gestión sostenible y transparente.
Incluir indicadores de biodiversidad en los informes GRI es fundamental por varias razones. En primer lugar, ayuda a las empresas a identificar y gestionar los riesgos asociados a la pérdida de biodiversidad, que puede repercutir económica y ecológicamente de forma significativa. Por ejemplo, la pérdida de polinizadores debida a la destrucción de hábitats puede tener importantes repercusiones en el rendimiento de los cultivos y la productividad agrícola.
En segundo lugar, los informes sobre biodiversidad pueden mejorar la reputación de una empresa y generar confianza entre las partes interesadas, incluidos clientes, inversores y organismos reguladores. Al demostrar su compromiso con la gestión medioambiental, las explotaciones pueden diferenciarse en un mercado competitivo y atraer a clientes preocupados por la sostenibilidad.
Además, los informes GRI pueden fomentar la mejora continua de la gestión de la biodiversidad. Mediante el seguimiento y la notificación periódicos de los parámetros de biodiversidad, las empresas pueden supervisar sus avances, identificar áreas de mejora y aplicar prácticas de conservación más eficaces. Este proceso continuado puede dar lugar a mejores resultados medioambientales y contribuir a la sostenibilidad a largo plazo de los sistemas agrícolas.