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Estamos en compañía de Maria Pezone, técnica agrícola de la Società Agricola Egiziaca, en Giugliano, Campania (NA), que cultiva productos hortícolas para un total de 300 hectáreas en un año. Tomates, ensalada, melones, son sólo algunas de las producciones de la empresa. Diferentes cultivos, con diferentes necesidades y diferentes problemas, que gestionar en una vasta superficie: éste es el reto al que se enfrenta Maria cada día.
Sin duda, el hecho de que cada parcela tenga su propia gestión: es importante hacer un seguimiento de lo ocurrido en cada parcela, crear un historial en el que basar las decisiones.
La cantidad de datos que se pueden obtener del campo es inmensa, desde toda la información relativa a las distintas operaciones realizadas por la maquinaria hasta la recogida por los sensores instalados. Para poder gestionar todo este material de forma eficiente, es necesario recopilarlo todo en un mismo lugar, centralizando la gestión de los datos para poder procesarlos más fácilmente. Y aquí es precisamente donde entra en juego el app xFarmque permite gestionar los datos relativos a la maquinaria, la protección de los cultivos contra los agentes patógenos, el riego e incluso los datos administrativos, como las horas de trabajo de los empleados.
Nuestros clientes exigen cada vez más productos de residuo cero. Para alcanzar este ambicioso objetivo, necesitamos herramientas que nos ayuden a racionalizar el uso de productos fitosanitarios.
Herramientas como trampas para insectos y sensores, instalados en el campo para el seguimiento, y modelos predictivos de tendencias en las poblaciones de insectos o enfermedades fúngicas y bacterianas, que procesan los datos recogidos en el campo. Por ejemplo, en los tomates para procesar utilizamos estas herramientas para xFarm vigilar enfermedades como el mildiú velloso y la alternaria, y la presencia de insectos dañinos como las nottuas Spodoptera littoralis y Helicoverpa armigera.
Cuando no hay riesgo de infección o ataque de insectos, los sistemas de apoyo a la toma de decisiones, basados en modelos predictivos, indican no tratar. Otras veces, sin embargo, permiten intervenir a tiempo, lo que significa que se evitan infestaciones graves, alcanzando así el objetivo de residuo cero. No tratar, o tratar menos, no sólo supone un ahorro para nosotros, los agricultores, sino que también hace que el proceso de producción sea más sostenible desde el punto de vista medioambiental.
Sin duda, elriego. Especialmente en los últimos años, hemos tenido que trabajar con una menor disponibilidad de agua: las precipitaciones se han reducido a la mitad. Por lo tanto, hemos tenido que aumentar la eficiencia del riego, suministrando agua sólo cuando el cultivo la necesita: en este caso, Modulo Irrigazione, que permite aplicar una estrategia de riego y da consejos sobre cuándo y cuánto regar, ha demostrado ser una herramienta muy poderosa. De este modo, hemos reducido el derroche de agua, así como nuestro impacto medioambiental.
Gestionar es la palabra clave: defensa, nutrición, explotación, costes. Evitar dar demasiado o demasiado poco a las plantas: para eso hace falta tecnología, que, bien utilizada, ayuda mucho. Con datos objetivos tomo decisiones más informadas y gestiono mejor la explotación en todos los aspectos.
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